En nuestros aviarios disponemos de más de 130 parejas de aves de unas 45 especies diferentes.
Los reproductores provienen de diferentes partes del mundo y llegaron más o menos al mismo tiempo. Esto se hizo así porque ya que el volumen de aves era tan grande, no merecía la pena establecer una estación de cuarentena lo suficientemente grande. De este modo, toda la granja fue tratada como en cuarentena. Tras la llegada de las aves se hizo un control veterinario exhaustivo compuesto por endoscopia, análisis coprológicos, análisis de plumas, de sangre, desparasitación, etc. Tras estas pruebas, los que las superaron recibieron tratamiento de cuarentena durante varios meses, repitiendo los tratamientos tal y como prescribieron los veterinarios.
Una vez establecido el plantel reproductor, podemos afirmar que nuestro criadero está libre de las enfermedades que últimamente afectan a las aves y que tanto preocupan a todo el mundo, como la enfermedad de picos y plumas, psitacosis o el síndrome de dilatación proventricular.
En estos momentos, cada nuevo ejemplar que tiene que acceder al recinto del criadero, pasa exactamente por las mismas pruebas y un periodo de cuarentena aislado del resto de las aves de al menos 4 meses.