Todos hemos escuchado la típica historia; un niño, con su periquito mascota. El periquito no está tan activo como siempre. Visita a la tienda de animales del barrio, donde explican que el periquito está apagado y le mandan unas gotas (que muchas veces ni saben que componentes tienen) en el agua y que en unos días estará mejor. Los padres administran las gotas en el agua, pero al día siguiente el periquito está en el fondo de la jaula, sin moverse y sin apenas poder respirar. Desesperados, ya que es la mascota del niño y se pondrá muy triste si se muere, llaman a un criador de aves que les ha recomendado la vecina, que tiene muchos pájaros y entiende mucho. El criador recomienda que el periquito sea visitado por un veterinario especialista, ya que su vida corre serio peligro. Entonces, asaltan las dudas «¿de verdad los veterinarios tratan pájaros?» «¿me va a costar mucho dinero?» «¿me lo va a salvar?» y aquí es cuando mucha gente descubre la existencia de los veterinarios de exóticos, descubre que son caros y se plantea porque tiene que pagar tanto dinero por la visita de un animal que le ha costado 10 euros en la pajarería del barrio.
Mucha gente utiliza excusas como «es un animal económico y fácil de sustituir», «no es dócil, no se deja coger», «no es un miembro de la familia, solo es un mero adorno o un capricho del niño» para negar la atención veterinaria a muchos animales exóticos mantenidos como mascotas. Muchos propietarios no entienden que el precio del veterinario no está relacionado con el valor del animal, sino con los conocimientos que este veterinario tiene sobre el tema. Y ser un veterinario especializado en animales poco frecuentes es mucho más caro cuanto a conocimientos y formación que un veterinario que solo trata perros y gatos. Está claro, que entre los exóticos, podemos diferenciar un periquito de 10 euros de un guacamayo de 1000 euros (no suelen recibir el mismo valor por parte de sus propietarios) pero cabe destacar que el tiempo empleado en la visita de uno y el otro no suele variar mucho. Por lo tanto, repetimos, la visita no está relacionada con el valor económico del animal, sino con el tiempo y conocimientos empleados para ello.
Los veterinarios son trabajadores que viven de su formación académica y de su trabajo tratando animales. No son ONGs, ni son hermanas de la Caridad y como todo el mundo, trabajan por dinero. Una persona estudia veterinaria porque sí, le gustan los animales, pero también porque quiere tener un buen trabajo. Los animales por desgracia no tienen seguridad social y todo sale de nuestro bolsillo, pero si nosotros no la tuviésemos y pagásemos todas nuestras visitas al médico, nos daríamos cuenta del verdadero valor que tiene la medicina.
Una visita especializada en exóticos suele tener el mismo precio o ligeramente más elevado que una visita de un perro/gato, todo depende del sitio donde vayamos. Entendamos, que una clínica /Hospital veterinario tiene sus gastos, que no suelen ser bajos. En las visitas el veterinario gasta su tiempo, material, luz, agua, alquiler… si a esto sumamos que se trata de un especialista externo que visita en diversas clínicas, añadiremos el porcentaje que se queda la clínica de su facturación.
Hay mucha menos información sobre animales exóticos que sobre perros y gatos. Las visitas de exóticos suelen alargarse mucho más, ya que explicar cómo se cuida una mascota exótica precisa de un tiempo. Muchas de las consultas y visitas de exóticos están relacionadas con un mal manejo, por eso el veterinario debe orientar al propietario sobre cuáles son los cuidados que necesita su mascota para que dicho problema no se repita ni aparezcan de nuevos.
Es importante saber para los propietarios, que la mayoría de los exóticos, como buenas presas que son, ocultan sus síntomas para no parecer débiles hasta que están muy mal. Normalmente una visita de exótico implica obligatoriamente realizar pruebas complementarias (analíticas, radiografías, etc.) para saber el estado de salud real del exótico, ya que la mayoría de sus problemas no se ven a simple vista. A diferencia de un perro, que cuando simplemente está enfermo hace cara de enfermo, un loro amazonas cuando hace cara de enfermo es que está a punto de morirse, ya que mientras su enfermedad se desarrollaba, la ha ido ocultando para no parecer una presa fácil, como le dicta su naturaleza.
En el caso concreto de las aves, la mayoría de las visitas por «enfermedad» muestran un ave con el plumaje ahuecado, apática, ojos cerrados y adormilada. Estos signos son muy inespecíficos y puede significar desde un cáncer terminal hasta una hepatitis o una psitacosis. Por ello, es necesario y casi obligatorio hacer pruebas complementarias, que evidentemente tienen un coste.
Las pruebas clinicas en exóticos suelen ser más caras que en perros y gatos. Los laboratorios que las realizan suelen ser específicos, ya que los valores de referencia no están disponibles en todos los sitios. Los aparatos de muestreo sanguíneo deben estar preparados para trabajar con muestras muy pequeñas. Hay que tener en cuenta que para hacer radiografías, muchas veces hay que sedarlos. Y así un largo etcétera que hacen que la factura suba.
En el caso de que el propietario acceda a visitar a su mascota, acceda a hacer pruebas clínicas y se consiga un diagnóstico, falta saber que seguramente precisará de un tratamiento, una hospitalización o una cirugía. La mayoría de las mascotas exóticas precisa de hospitalización ya que sus problemas médicos suelen estar muy avanzados cuando pisan el veterinario. Esto implica unas instalaciones adecuadas para ello, personal cualificado y en algunos casos horarios nocturnos y de festivos de atención y medicación de los animales. A nadie le gusta trabajar de noche o un domingo, por lo tanto todo eso debe pagarse también.
En resumen y llegando a una conclusión:
– la formación del médico veterinario es cara (carrera universitaria, cursos de formación, prácticas, etc.) y más si se trata de algo especializado como aves o otros animales exóticos.
– mantener una clínica veterinaria cuesta dinero. Impuestos, luz, agua, salarios, etc.
– el veterinario es un trabajador que aplica sus conocimientos para poder vivir, ya sea un veterinario convencional o un veterinario de exóticos. Ambos quieren cobrar por su trabajo.
– nadie nos obliga a tener mascotas a nuestro cargo. Si las tenemos, es nuestra responsabilidad intervenir en caso que su salud o su vida corran peligro o en caso que surjan problemas.
– No vamos a dar precios de procedimientos veterinarios, ya que estos varían según clínicas y zonas. Pero a la hora de adquirir una mascota, son gastos que deben ser tenidos en cuenta.