Los loros son aves de climas cálidos en su mayoría, pero eso no quiere decir que no se adapten a zonas frías. Eso sí, la adaptación debe ser progresiva para que nuestro loro no sufra con el cambio.
Nuestros loros proceden de las cálidas selvas sudamericanas, las llanuras africanas o los desiertos austalianos. Algunas especies como el Kea o algunas cotorras asiáticas si que habitan en climas más montañosos, pero casi todas son de origen tropical o subtropical. Por ello, el frio puede estresarlas y hacer que sus defensas se resientan. Las psitácidas de selva toleran peor el frio que las de origen desértico.
Lo ideal es mantener nuestros loros en el interior a ser posible, pero si viven en aviarios exteriores estos han de estar correctamente protegidos. Las corrientes frías son muy perjudiciales para ellas y pueden incluso enfermar.
Proteger las instalaciones exteriores
Existen muchos métodos para proteger los aviarios del frio. El más sencillo es cubrirlo con un plástico para evitar que entre el aire frio y evitar las corrientes. También se pueden instalar fuentes de calor bien protegidas especialmente diseñadas para ellos. También podemos tener en el aviario una parte cubierta, para que puedan resguardarse. Proporcionar nidos o cajas para que se refugien también es una buena idea.
La calefacción en casa
La calefacción en casa es un dilema para los propietarios de los loros. Las calefacciones con hoguera o chimenea están totalmente desaconsejadas si tenemos loros, ya que pueden emitir gases perjudiciales para ellos. Al igual que las estufas de butano o similares, también pueden perjudicar a nuestra mascota. Lo ideal son las calefacciones eléctricas, eso sí, nunca colocarlos debajo del chorro de aire caliente.
Dentro de casa con la calefacción puesta, igual de importante es la humedad. La calefacción seca excesivamente el ambiente, por lo tanto es importante poner una fuente de humedad.
La adaptación es fundamental
Como todo, para sobrellevarlo hay que estar acostumbrado. Los loros pueden estar o no habituados al frio.
Si nuestra idea es tener un psitácido en el exterior, debemos sacarlo a finales de verano o principios de otoño, para que se vaya acostumbrando poco a poco. Si adquirimos un loro en pleno invierno y lo ponemos en el exterior en un clima frio, lo estaremos condenando a una muerte casi segura.
La dieta también ayuda
En invierno es importante mantener nuestros loros bien alimentados y aportar un extra de grasas para ayudarles a combatir el frio. Por lo tanto, aumentaremos las oleaginosas y los frutos secos cuando haga frio.