• Anna Berto
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La tercera edad en nuestras aves

Gracias a los avances en nutrición, la adquisición de conocimientos sobre manejo y el mayor control veterinario nuestras aves hoy día pueden alcanzar edades mayores que antaño. Es más frecuente ver ninfas que superan los 15-20 años y grandes psitácidas como amazonas o guacamayos superando los 50 años. Los periquitos sin embargo raramente superan 10 años ya que tienen una alta incidencia a sufrir tumores. Por desgracia muchas veces no sabemos la edad exacta del ave, ya que muchas no están anilladas debido a que proceden de la captura. En algunos casos se puede estimar por la factura de compra.

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Sin embargo es fácil diferenciar un ave geriátrica de un ave joven o de mediana edad. Las aves geriátricas sufren de atrofia muscular y suelen perder peso. Suelen tener dificultades para caminar o agarrarse con las patas, debido a la artrosis. En especies sin plumas en la zona facial (guacamayos) son frecuentes las verrugas, manchas o arrugas. El plumaje suele estar más apagado y a veces tener un aspecto sucio. Puede haber despigmentación en las patas. Las aves geriátricas suelen sufrir alteraciones oculares como cataratas, atrofia de iris, etc. La ceguera no es rara en aves de cierta edad.

Muchas aves mantenidas en cautividad provienen de la importación, aunque hace ya años que esto está prohibido y son criadas en cautividad. En la mayoria de especies es obligatorio el anillado y la anilla suele llevar el año de nacimiento. Por lo tanto es muy fácil determinar la edad de un ave criada en cautividad y comprada de forma legal. De un ave importada solo se puede estimar la edad si esta llegó a nuestro país como un pichón o como juvenil (coloración del plumaje). Solo se puede determinar en algunas especies cuya coloración definitiva se alcanza con 2-3 años o más. En otras ocasiones es el vendedor quien se inventa la edad del ave para poder venderla. Muchos propietarios acuden a la clinica afirmando que el ave tiene xx años porque el vendedor se lo dijo. Suele ser un dato irreal.

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Cuanto a salud, las aves geriátricas son más susceptibles a las enfermedades que las jóvenes. Muchas aves sufren problemas de a largo plazo, como patologías asociadas a la malnutrición. Por desgracia muchas aves mantenidas como mascota no son alimentadas correctamente y esto pasa factura cuando el ave tiene una cierta edad. Una dieta exclusivamente a base de semillas produce a largo plazo hipovitaminosis A, deficiencia de calcio, lipidosis hepática y infecciones producidas por bajada de defensas. Muchos propietarios no son conscientes de que deben alimentar a su ave correctamente, ya que se justifican diciendo que está perfectamente. Sin embargo un ave durante 20 años mal alimentada es una fuente potencial de problemas.

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Es importante realizar chequeos veterinarios a las aves de cierta edad. Las anestesias deben evitarse debido a las posibles complicaciones. Las exploraciones deben ser completas, utilizando pruebas complementarias si es necesario. Los orificios corporales deben ser examinados a conciencia. Se debe palpar el buche y la zona traqueal en busca de cualquier anormalidad. Se debe auscultar los pulmones y los sacos aéreos. Se debe observar el plumaje en busca de despigmentación, indicativo de retraso en la muda. Las plumas también pueden estar roidas o estropeadas, indicando acicalamiento excesivo o automutilación. La glándula uropigial y la mucosa cloacal deben ser minuciosamente exploradas debido a que frecuentemente pueden sufrir de patologías como tumores o pólipos. Las patas deben ser exploradas y movidas para detectar problemas de artrosis.

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Las analíticas también son necesarias en aves geriátricas. Realmente no es necesario testar un ave vieja de enfermedades infecciosas como la psitacosis, el PBFD o el polyomavirus, ya que raramente sufren estas enfermedades (o son portadoras asintomáticas) especialmente si ya han sido testadas previamente cuando eran jóvenes. Las aves adultas raramente se infectan por PBFD al igual que por polyomavirus. Lo que es importante es realizar bioquímicas y valorar la funcionalidad de los órganos (hígado, riñones, etc.). la manipulación para la extracción de sangre debe ser muy cuidadosa, ya que las aves geriátricas son más sensibles que las aves jóvenes.

También es interesante realizar tinciones de flora cloacal y coanal. Las radiografias pueden darnos mucha información como lesiones en los órganos o daños en las articulaciones. En aves de importación es recomendable realizar test parasitológicos ya que pueden estar infestados, especialmente si nunca se han desparasitado.  Esto es frecuente en loros amazonas.

Los yacos y los amazonas de frente azul suelen sufrir de ateroesclerosis, observada de forma frecuente post-mortem. Las aves que no han sido mantenidas en buenas condiciones higienicas pueden sufrir de aspergillosis. Los problemas hepáticos, renales y cardiacos no son raros. Los tumores son muy frecuentes en algunas especies como los periquitos comunes.

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Es importante que las aves geriátricas lleven una buena dieta, baja en grasas y en sal. Muchas de estas aves pueden haber sufrido malnutricion en algún momento de su vida y esto puede ocasionarles secuelas que tendrá consecuencias cuando el ave sea vieja.  Los cambios en la dieta deben ser graduales y siempre bajo supervisión veterinaria, ya que pueden causar estrés al ave  y ocasionar otros problemas.

Muchas aves geriátricas sufren de obesidad. Suelen hacer menos ejercicio y si le sumamos que la dieta no suele ser la ideal, tenemos sobrepeso como resultado. En algunas especies (amazonas, galahs, periquitos, cotorras argentinas etc.) la obesidad puede ocasionar lipidosis hepática, que se observa realizando una endoscopia. Estas aves precisan de un manejo muy meticuloso ya que tienen un riesgo de muerte súbita muy alto.

Los problemas articulares son frecuentes en aves geriátricas de origen silvestre. Estas lesiones pueden ser dolorosas y limitar el movimiento del ave.

Las cataratas son frecuentes en guacamayos mayores de 35 años. Si no son operadas, pueden ocasionar lesiones mayores y ceguera permanente.

Los veterinarios  están haciendo un buen trabajo para prolongar la calidad de vida en pacientes aviares y los propietarios son más informados con respecto a la cría , la nutrición y el cuidado preventivo de la salud . Eso se traduce en que las aves mantenidas en cautividad tienen una mayor esperanza de vida y una mayor calidad de la misma. Hay que empezar a abordar la cuestión de la atención geriátrica en aves de compañía . Los propietarios deben ser educados acerca de las necesidades y requerimientos del paciente aviar, que son mayores cuando el ave alcanza una cierta edad. Esto se logra gracias al veterinario de exóticos durante el chequeo anual . La medicina geriátrica puede convertirse en una rama interesante, emocionante y desafiante de la medicina aviar que no ha sido explorado de manera adecuada en la mayoría de las prácticas .