Para nosotros sin duda es la estrella de los guacamayos mascota. Se trata de aves extremadamente afectivas y cariñosas, aunque precisamente esto es lo que les lleva a ser muy exigentes para con sus dueños y el motivo por el que es tan importante marcar unos límites claros en cuanto a nuestra relación con ellos. Es fundamental a la hora de adquirir una de estas aves, tener claro que se va a ser capaz de educarlo adecuadamente ya que si no se hace, la convivencia puede volverse muy complicada.
Básicamente debemos centrar esta educación en 3 aspectos:
– Gritos: Para reducir el problema de gritos, funciona perfectamente el método del refuerzo positivo, es decir, premiamos un buen comportamiento para que el propio pájaro deje de hacer el que no queremos. En la práctica esto se traduce en seleccionar un sonido agradable que el pájaro haga y que identifiquemos perfectamente (lo más fácil suele ser el “hola” que es lo primero que prácticamente todos los guacamayos aprenden) y cuando nos lo diga, premiarle, sacarle un poco de la jaula, jugar con él, o como mínimo hablarle unas palabras. A cambio, cuando al pájaro grita no podemos reaccionar, es decir, ni siquiera miramos hacia él. De esta manera conseguiremos que cuando quiera algo diga “hola” en lugar de gritar.
– Jerarquía: Entre el año y medio y los dos años de edad, los guacamayos tienden a fijar una posición en la escala jerárquica familiar. Para ello nos ponen a prueba y esperan a ver cual es nuestra reacción. Esto puede ocurrir de diversas maneras pero una de las más efectivas y habituales son los picotazos. La situación es sube; no quiero, y zas: ¡PICOTAZO!. Si cuando el pájaro hace esto nosotros demostramos miedo, le damos a entender que es más fuerte que nosotros y una vez que el pájaro decide esto, la relación con él puede volverse muy complicada ya que se pueden volver bastante dominantes y caprichosos. Si por el contrario nos mantenemos firmes y demostramos autoridad, el pájaro se mantendrá cariñoso y sumiso para el resto de su vida. Además es importante saber que una vez que un loro consigue un estatus lo defenderá a capa y espada, es decir, es mucho más fácil no permitirle subir que hacerle bajar si se ha hecho mal al principio.
– Horas y ritmo de convivencia: Los loros son animales de costumbres gregarias y llevan mal la soledad. Esto les convierte en animales exigentes que siempre buscan el contacto con sus dueños. Es fundamental enseñarles a ser felices en su jaula incluso cuando el dueño está en casa. Obviamente tenemos que cubrir su necesidad de afecto, pero tenemos que crear un ritmo que el pájaro entienda y que nosotros podamos soportar a largo plazo.
En cuanto a la capacidad para hablar, no son grandes habladores, pero suelen imitar suficientes palabras para que los dueños estén contentos en este aspecto.
Información adicional
- Nombre Común en Español: GUACAMAYO AZUL Y AMARILLO
- Nombre Científico: Ara ararauna
- Talla :90 cm
- Origen: Abarca la mayor parte de la zona tropical de América del sur y central
- Cites: Apéndice II, anexo B
- Dieta en Cautividad: Mixtura de semillas, fruta y pienso compuesto.
- Alojamiento: Se trata de aves de gran porte y necesitan una jaula proporcional a su tamaño. En ningún caso deberíamos plantearnos una jaula de menos de 80 x 80 x 1.80 cm. Su gran pico hace que la jaula tenga también que ser muy resistente ya que pueden doblar o romper alambres realmente gruesos.