La ninfa o carolina es una de las psitácidas más frecuentes en nuestros hogares. Por ello hemos pensado que es interesante escribir un artículo relacionado con su alimentación, ya que muy a menudo se cometen errores debido al desconocimiento de su naturaleza y su forma de vida silvestre.
La ninfa es un ave que habita en gran parte de Australia, en zonas semidesérticas y muy secas, con poco acceso a fuentes de agua. La dieta de la ninfa silvestre se basa fundamentalmente en semillas, hojas verdes y en menor medida frutos y bayas. Por lo tanto, la dieta que le deberemos dar en casa se asemejará lo máximo a la que toma en libertad.
Hay algunos casos en la dieta de las ninfas que se repiten mucho en la consulta:
- Ninfas a las que no les gusta la fruta.
- Ninfas que solo comen semillas: muchas ninfas no están habituadas a comer verdura por desconocimiento o por dejadez de su propietario.
- Ninfas que se vician con la lechuga.
¿Cómo debo alimentar a mi ninfa en cautividad?
La dieta de la ninfa depende mucho de su actividad diaria, de su condición de vida y de los alimentos que tengamos al abasto. Es cierto que la ninfa en libertad basa la gran parte de su dieta en las semillas, pero también es cierto que vuela muchos kilómetros y gasta muchísima energía. Esto en cautividad no sucede la mayoría de las veces ni aunque las tengamos en un aviario, con lo cual hay que adaptar su dieta a sus necesidades.
Idealmente, debería basarse en tres pilares:
- Ración seca: pienso o mixtura de semillas
- Ración fresca: 80% verduras, 20% frutas bajas en azucares
- Extras y golosinas
Ración seca:
Mezcla de semillas de alta calidad.
Existen mezclas comerciales especialmente pensadas para psitácidas australianas. Las pipas no forman parte de la dieta natural de las ninfas y son muy ricas en grasas, con lo cual se puede prescindir de ellas totalmente o usarse solo como premio.
Algunas de las semillas usadas en la dieta de las ninfas son las siguientes:
- Mijo
- Alpiste
- Trigo
- Arroz integral
- Avena
- Alforfón
- Cañamón
- Sorgo
- Alazor
Cuanto más variedad de semillas tenga nuestra mixtura, mejor nutrida estará nuestra ninfa.
Piensos extrusionados.
Hay que andarse con cuidado con la mayoría de piensos que nos intentan vender para ninfas, porque muchos contienen un excesivo % de grasas y si nuestra ninfa es sedentaria, no le van a venir nada bien.
Siempre que se adquiere un pienso para nuestra ninfa idealmente no debe contener más de un 6% de grasa. Algunas marcas comerciales recomendadas para ninfas son Zupreem, Zeigler y Harrison’s. Preferiblemente usaremos piensos no coloreados por el tema de evitar las alergias alimentarias, pero realmente no hay ningún estudio que indique que los colorantes son realmente dañinos para las ninfas.
Podemos alternar el pienso con las semillas sin ningún problema, siempre que nuestra ninfa coma de todo y esté acostumbrada. Lo ideal es ofrecerle cuanto más variedad posible mejor.
Las ninfas son aves que se alimentan principalmente en el suelo. Por lo tanto, la mejor ubicación para el comedero de la ninfa es en el suelo de la jaula, teniendo en cuenta que si se ensucia hay que cambiarlo. Una forma de ofrecer un gran enriquecimiento ambiental para las ninfas es esparcir semillas en el suelo o en el fondo de un aviario de modo que las tengan que ir buscando.
Ración fresca:
La ración fresca de las ninfas está constituida fundamentalmente por verduras, sobre todo por aquellas de hoja verde.
Las ninfas suelen tener predilección por las hojas y podremos observarlo cuando le colguemos una hoja de lechuga con una pinza en la jaula. La mayoría de ninfas, incluso las que están poco acostumbradas a la verdura enseguida sentirán curiosidad y picotearan la hoja.
Algunas verduras que podemos usar en la dieta de nuestra ninfa son las siguientes (mínimo usaremos 3 verduras diferentes cada día y tres frutas diferentes a la semana)
Verduras de hoja: son verduras que nos proporcionan hojas verdes y comestibles. Son la base de la ración fresca de las ninfas. Estas verduras son muy bajas en grasas y calorías, ricas en proteína, fibra alimentaria, calcio, vitaminas, carotenoides y ácido fólico.
- Lechugas : la lechuga es una verdura totalmente inofensiva para la ninfa (no le va a causar diarrea ni absolutamente ningún otro problema) pero es poco nutritiva y llena mucho, con lo cual tendremos una ninfa hipo nutrida y con carencias si come mucha lechuga en lugar de otras verduras. Tengamos en cuenta que hay muchas variedades de lechuga.
- Acelga
- Achicoria
- Endivia
- Rúcula
- Canónigos
- Apio
- Diente de león
- Espinacas (preferiblemente cocidas o ofrecerlas fuera de la época reproductiva)
- Apio
- Escarola
- Col
- Berros
- Brotes de alfalfa
- Hojas de cardo
- Perejil (en perejil a pesar de lo que se dice no es tóxico, pero debe ser consumido en cantidades moderadas y en ninfas fuera de periodo reproductivo. Al tener muchas otras alternativas, puede evitarse si no se está seguro)
Otras verduras: también son importantes en la dieta de la ninfa, pero suelen tener menor aceptación.
- Pimiento rojo y verde
- Pepino
- Calabacín
- Zanahoria
- Tomate (con moderación)
- Remolacha
- Judías verdes en vaina
- Brócoli
- Ajos (en cantidades moderadas)
Frutas: la fruta la ofreceremos unas tres veces por semana y solo si la ninfa la acepta. Si no la acepta no pasa absolutamente nada, ya que si consume una gran variedad de verduras junto las semillas y/o el pienso ya estará bien nutrida.
- Manzana de variedad ácida con piel
- Fresas
- Granada
- Mandarina
- Cerezas
- Albaricoques
- Pomelo
- Melocotón
- Arandano
- Moras
La verdura y la fruta la podemos ofrecer de muchas presentaciones, pero la más aceptada suele ser las hojas directamente colgadas en los barrotes de la jaula con una pinza o a modo de manojo o dentro de una bola portaheno (pensadas para roedores y conejos). Otra forma de ofrecer la verdura a la ninfa es picada dentro de un comedero, pero suele tener menor aceptación ya que se asemeja menos a la forma natural que tienen las ninfas de obtenerla.
Extras y golosinas:
Las ninfas pueden tomar otros alimentos a modo de extras. Estos alimentos se pueden ofrecer de forma semanal o como premio.
- Pan integral
- Pipas de girasol rayadas de pequeño tamaño
- Zumo de frutas
- Potito de verduras
- Panizo en rama
- Cereales integrales sin azucares
- Bayas silvestres
- Snacks para loros
- Galletas integrales sin azúcares añadidos
En resumen:
Si tenemos una ninfa que realiza poco ejercicio, aumentaremos la porción fresca de verduras y disminuiremos las semillas. O en su lugar, usaremos un pienso muy bajo en grasas.
Si tenemos una ninfa de aviario que encima vive en un lugar frio, podremos aumentar las semillas e incluso añadir pipas de girasol a la mezcla si lo consideramos necesario durante los meses más duros.
En época reproductiva, podemos enriquecer la dieta con bizcocho de huevo, germinados y otras fuentes extras de nutrientes. En esa época evitaremos algunas verduras como las espinacas, las acelgas y el perejil por su cantidad elevada de ácido oxálico que interviene en el metabolismo del calcio.
Las ninfas no necesitan grit en su dieta, ya que consumen las semillas peladas.
Problemas asociados a una incorrecta nutrición en ninfas
Obesidad: la mayoría de las ninfas mantenidas dentro de casa como mascota están obesas debido a que consumen excesivas calorías y realizan muy poco ejercicio. La obesidad puede dar numerosos problemas, como problemas de circulación y de corazón (arterioesclerosis, infartos, etc.), problemas hepáticos (hígado graso o lipidosis, cirrosis, etc.), problemas metabólicos y hormonales, etc.
Lipomas: los lipomas son tumores benignos de grasa que se dan de forma frecuente en ninfas mal alimentadas. Pueden crecer mucho y ser muy molestos.
Gota úrica: la gota es un problema que puede tener muchas causas, entre ellas una dieta incorrecta. Suele ocurrir cuando la ninfa tiene un exceso de proteína, calcio y vitamina D en la dieta.
Insuficiencia renal: cuando las dietas son excesivamente ricas en proteína o la proteína que toman no es la adecuada, puede afectar los riñones de forma grave.
Decoloraciones en el plumaje: la deficiencia de algunso nutrientes o las alteraciones del hígado pueden manifestarse en forma de decoloraciones blancas en las plumas grises o tonos amarillentos anómalos.
Hipocalcemia: suele ocurrir en hembras en época de puesta que no reciben el aporte de calcio adecuado. Algunas consecuencias de ello son las fracturas de los huesos o las retenciones de huevos.